viernes, 30 de septiembre de 2016

¿Qué se degrada antes, un chicle o una colilla?

Guadalmáquina - Limpieza viaria



Los residuos que cada día se encuentran los operarios que utilizan nuestra maquinaria de limpieza viaria pueden tener efectos devastadores en el medio ambiente. De hecho, algunos de esos residuos son los culpables de que la supervivencia de muchas especies se ponga en peligro, de que se intoxique la cadena alimentaria de la que formamos parte y de que vivamos en entornos más sucios y contaminados. Pero de todos esos residuos, ¿cuáles son los que más daño causan al planeta? A continuación te vamos a contar lo que tardan en degradarse algunos de los residuos más peligrosos y que se encuentran con demasiada frecuencia en las calles que transitamos.

Chicles

El chicle es una goma que se masca y como tal está compuesto en un 80% por plástico. El resto de componentes son resinas naturales y sintéticas, además de azúcar, aromatizantes y colorantes. Cada vez que tiramos un chicle, además de resultar muy difícil de eliminar por las barredoras de calle, su degradación y total desaparición tardará de entre 5 y 6 años, tiempo en el que la acción del oxígeno comenzará por petrificarlo para posteriormente agrietarlo e ir descomponiéndolo hasta que desaparezca del todo.

Y ahora te planteamos una pregunta muy sencilla, ¿si los efectos contaminantes de un chicle pueden durar hasta 6 años, no crees que merece la pena acercarte a la papelera más próxima a depositar el tuyo cuando te hayas cansado de él?

Colillas

Pues si con el chicle ya nos echábamos las manos a la cabeza, lo que puede tardar una colilla de tabaco en degradarse nos deja de piedra: una colilla tarde en degradarse entre 2 y 10 años. ¿Y a qué se debe esa abanico de tiempo tan amplio? Pues a diferentes factores. Cada marca de tabaco combina de manera diferente las más de 4.000 sustancias químicas que compone un pitillo (nicotina, alquitrán, polonio…). Cómo estén combinadas estas sustancias y mezcladas con la celulosa del filtro que tienen las colillas, es lo que hace que el tiempo de degradación de unas colillas sea superior a otras.

En cualquier caso, estamos ante periodos de tiempo muy amplios, lo que hace de las colillas otro claro ejemplo de sustancia que podríamos evitar lanzar a la calle si simplemente esperamos a cruzarnos con una papelera. Las actuales tienen habilitada una zona para cenicero y depóstio de colillas, ¿por qué no utilizarla entonces?

En Guadalmáquina queremos concienciar a todas las personas de lo importante que resulta cuidar el entorno en el que vivimos. Gestos tan pequeños como no tirar una colilla al suelo pueden contribuir a crear un mundo más limpio o que nuestra cadena alimentaria no se vea alterada. Con muy poco, podemos lograr mucho, ¿lo intentamos juntos?


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