Gracias a nuestra
gran experiencia en la venta de barredoras y baldeadoras profesionales,
sabemos de primera mano que existen una serie de residuos que muchas personas
depositan en la calle sin ser conscientes de las nefastas consecuencias que
tiene este gesto. Por este motivo, hoy vamos a aprovechar este espacio para
hablarte de algunos de los residuos más perjudiciales que se arrojan a la vía
pública.
Chicles
Seguro que la calle
en la que vives también está llena de unas manchas redondeadas de color negro.
Efectivamente se trata de chicles, o más bien de restos de ellos, unos restos
que pueden llegar a tardar 5 años en degradarse cuando son arrojados a la vía
pública. Es por ello por lo que muchos ayuntamientos han creado brigadas de
limpieza especiales para acabar con este grave problema.
Las consecuencias de
tirar los chicles en la calle son muchas, comenzando porque estos restos se
convierten en un foco de infecciones al tratarse de gomas que han sido masticadas.
Además, una eliminación total de los chicles resulta muy complicada y requiere
de equipos especiales de limpieza que encarecen notablemente la labor de
mantenimiento de las zonas públicas.
Colillas
Con las colillas pasa
algo parecido a lo que ocurre con los chicles: los fumadores las tiran a su
paso sin ser conscientes de las consecuencias que tiene esa práctica.
Comenzando porque el acetato de celulosa con el que están compuestas las
colillas, es uno de los materiales no biodegradables más contaminantes que
existen. Las colillas, por lo tanto, no solo ensucian, también contaminan.
En la actualidad, se
estima que a nivel mundial, unos 5 billones de colillas son tiradas al suelo
público a lo largo de un año. Y si tenemos en cuenta que pueden tardar 10 años
en descomponerse, los efectos sobre el medioambiente resultan incontrolables.
Orines de perro
Y ya para finalizar,
es importante conocer las consecuencias que tienen los orines de los perros,
especialmente para los soportes de las farolas. De hace un tiempo a esta parte,
muchos consistorios han incluido en el proceso de mantenimiento de las farolas,
la aplicación de una capa bituminosa que las proteja de la corrosión que causa
sobre ellas el pis de los perros, un líquido que actúa como si de un ácido se
tratara, oxidando las bases del alumbrado público.
Los orines resultan
muy corrosivos y pueden perjudicar la conservación de muchas piezas de
mobiliario urbano como farolas, bancos, mupis… La población debe concienciarse
de lo importante que resulta educar a sus mascotas para que no orinen hasta que
lleguen a una zona verde con abundante vegetación. Igualmente, los
ayuntamientos deben promover la creación de estas zonas para facilitar que los
canes no orinen en la vía pública.
Por muy difícil que
resulte eliminar algunas manchas y residuos que se depositan en la vía pública,
en Guadalmáquina contamos con una
gran variedad de máquinas de limpieza viaria especializadas para eliminar estos
restos y minimizar su impacto en las calles. Llámanos si necesitas adquirir
estos equipos de limpieza.
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