miércoles, 15 de febrero de 2017

¿Cómo afectan los excrementos de las aves al mobiliario urbano?


No toda la suciedad que nos encontramos por las calles puede ser eliminada mediante una barredora eléctrica. De hecho, a lo largo de los diferentes artículos escritos en este blog te hemos hablado de la problemática que suponen algunos residuos como es el caso de los chicles o las colillas así como la difícil limpieza que tienen las pintadas vandálicas. Pues bien, hoy le toca el turno a unos animales que también ponen a prueba a los equipos de limpieza viaria. Nos estamos refiriendo a las aves urbanas en general y a las palomas en particular, ya que sus excrementos ensucian, contaminan, corroen e incluso pueden llegar a convertirse en una seria amenaza para la salud de los transeúntes. Te lo contamos a continuación.


Un peligro para la salud


Si bien es cierto que siempre nos han advertido del peligro que entraña estar en contacto con los excrementos de las aves, el Tribunal Superior de Justicia lo ha ratificado a través de una sentencia en la que deja bien claro cómo los excrementos de las palomas que invaden la Plaza de Catalunya en Barcelona han sido los culpables de la enfermedad respiratoria contraída por una guía turística.

Es más, en la sentencia se habla de “accidente laboral” al hecho de que la trabajadora sufriera una fibrosis pulmonar, ya que entiende que esta enfermedad fue ocasionada por la exposición y alta concentración de excrementos de paloma que hay en su “lugar de trabajo”.

Problemas ocasionados por las palomas

Pero los daños causados a la salud de algunas personas, como el caso de la guía turística que acabamos de ver, no son los únicos problemas que ocasionan los excrementos de estas aves. Por un lado, las deposiciones de las palomas y demás aves urbanas se han convertido en un gran problema para la vegetación local al causar grandes daños, especialmente en plantas y árboles jóvenes sobre los que causan estragos.

También pueden resultar un gran peligro para la salud pública al contaminar fuentes, estanques y espacios de almacenamiento de agua potable. Basta que entren en contacto con el agua o que a ella lleguen excrementos o parte de su plumaje, para que pueda sufrir una severa contaminación y transmita alguna enfermedad contagiosa.

Aunque sin duda es el mobiliario urbano y los coches estacionados en la vía pública los grandes perjudicados. Los operarios de limpieza municipal sufren una auténtica batalla para poner fin a los desperfectos que causan los excrementos de estos animales en suelos, aceras, estatuas, bancos… y demás piezas del mobiliario de una ciudad.

No podemos olvidar que los excrementos de las aves causan la prematura corrosión y oxidación de aquellas partes del mobiliario urbano que están elaboradas en materiales metálicos, que empiezan a adquirir un aspecto envejecido y oxidado. De la misma forma, también afectan a las construcciones elaboradas en hormigón, cemento o piedra caliza, haciendo que luzcan más sucias y viejas. Esto se debe al ácido úrico y al ácido fosfórico de las heces de las palomas que son capaces de poner en peligro el buen estado de cualquier material. 

Pero aquí no queda la cosa. Los peligros de los excrementos de las aves también afecta a la pintura de todo tipo de construcciones y vehículos, además de que las palomas tienden a picotear en la superficie de algunos materiales poco resistentes como tejas, tuberías o canalones, causando averías y desperfectos.


En definitiva, que las aves suponen un seria amenaza para la correcta higiene y limpieza de las zonas públicas y por eso, los operarios de la limpieza viaria tienen un duro frente contra el que luchar si quieren que el mobiliario urbano se conserve limpio y en perfectas condiciones. Una tarea dura pero no imposible si se cuenta con maquinaria y productos adecuados como los que comercializamos en Guadalmáquina. Ponte en contacto con nosotros si necesitas información sobre este tipo de productos especiales.

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